La Inteligencia Artificial se viene posicionando cada vez con más fuerza en todos los ámbitos de la vida de las personas y además se está convirtiendo en un intermediario fundamental en el trabajo de organizaciones, universidades, empresas, administraciones y gobiernos. La evolución de esta tecnología disruptiva en el entorno del periodismo genera beneficios y oportunidades de trabajo, pero también presenta desafíos, creando nuevos riesgos y peligros. Ambos subyacen en el diseño de la IA, con sus mecanismos poco transparentes. También suscita un análisis crítico de su aplicabilidad y sus efectos. Uno de estos efectos es la creciente desinformación que, en algunos aspectos, convierte a las personas en "entes manipulables". Gran parte de esta desinformación es achacada al uso de la IA en los medios digitales, generando descrédito hacia los medios de comunicación profesionales y la disciplina periodística. Abordar la ética de la IA utilizada por los medios de comunicación en Internet se convierte en la piedra angular de la investigación y la acción, y en la base de la confianza en los medios periodísticos como fuentes de comunicación responsables y como pilares de las democracias en el mundo.